Esta broma, lejos de ser cruel, aunque la realicen unos chicos es de lo más divertido que hemos visto en mucho tiempo.
Es tan simple y tiene una ejecución tan ridícula que no hemos podido evitar reírnos al verla, imaginando la cara que tendría el conductor del autobús cuando ve a estos chicos lo que están haciendo. Y es que han tenido mucha imaginación y tiempo libre para poder cometer esta pillería, una auténtica jugarreta bien pensada de antemano.
El método es muy sencillo, se ponen en la parada del autobús y cuando les abren la puerta uno se dispone a entrar. Nada más tocar el primer escalón se sube a la espalda de su amigo y se van corriendo, dejando al conductor con cara de no saber qué está pasando, porqué esos chicos se suben uno encima del otro y se van cabalgando.
Lo peor de todo es que lo hacen ¡dos veces! La segunda sí que es de las que duele porque es otro chico el que le pide al del autobús que se detenga, como si él no supiese nada de lo que ocurre. Por supuesto está compinchado con los otros, colándosela de nuevo para que todos nos podamos reír viéndoles en acción.